Los Incunables de La Isla: Lapido y Arias (II)
… Aquí tenéis la segunda y última entrega de la conversación que mantuve con Lapido y Arias el pasado mes de abril. Como os comentaba en el primer post a propósito de ella, fue un encargo que me hicieron mis compañeros de Rolling Stone al que hube de meter tijera para adaptarlo al espacio requerido por la revista. Ésta es la versión íntegra…
La semana pasada estuvieron los representantes de la Movida Madrileña en un baile de gala en Mónaco. ¿Cómo lo valoráis?
(L): A mí me parece patético.
(A): Es una forma de aprisionar y simplificar algo que es mucho más complejo, minoritario e interactivo. No es que los grupos de Madrid vinieran aquí a decir misa.
(L): De hecho aquí sólo vinieron a tocar Los Secretos, que los vi en La Zubia, y Nacha Pop, que tocaron con Medina Azahara en el Zaidín. A principios de los ochenta sólo vinieron ellos. De todo eso ha quedado que fue una explosión de color y de diseño, eso es lo que han llevado ahora a Mónaco, con Almodóvar y Alaska; eso es lo que ha quedado como prototipo de aquello, pero fue mucho más.
Hace unos meses también hubo aquí, en Granada, un encuentro sobre la Movida Granadina.
(L): Tampoco hay que pecar de nostalgia, aquello estuvo bien mientras duró, estamos en otras cosas y las necesidades creativas son distintas.
(A): De hecho creo que se grabaron singles sensacionales, como Parálisis Permanente o Derribos Arias, pero luego los álbumes que hicieron eran una ful. También había grupos como Radio Futura que estuvieron a salvo de eso.
(L): Pero eso también nos pasó a nosotros, porque 091 grabó su primer disco a los seis meses de empezar. Un atrevimiento, un no querer ver la realidad. Tampoco había muchas personas que aconsejaran, porque en España no existían productores, algo que en Inglaterra o Estados Unidos existía desde hacía décadas. Nosotros teníamos diez canciones y las sacamos, sin discriminar si eran buenas o no. Si pudiera volver atrás no sacaría el primer disco de 091, como mucho sacaría un single, seleccionando, pero entonces creías que eras el amo del mundo con diez canciones acojonantes. Es que el primer disco lo grabamos en cuatro días.
(A): Además, la postura del ingeniero de sonido era que todo estaba mal, porque ellos querían hacer su sonido.
(L): En Inglaterra a principios de lo sesenta ya contaban con buenos productores, lo mismo que Estados Unidos. Sabían encauzar el talento de los músicos jóvenes.
(A): Aquí se ponían delante de ti con el reloj, todo el mundo metiéndote prisa… no había un volcado de ideas, no existía el mimo de ahora.
(L): En eso sí se ha avanzado mucho, se ha profesionalizado todo. En los ochenta las grabaciones eran penosas, por mucha gracia que nos puedan hacer ahora. Aparte de que en aquel momento todos los ingenieros descubrieron aparatitos como las reverb digitales, y le dieron al botón.
Tú, José Ignacio, vuelves a producir tu nuevo disco, pero Antonio siempre busca un productor.
(A): Sí, siempre procuro tener a alguien responsable de la grabación para poder echarle la culpa. Cuando produces un disco tienes que estar muy atento a todo, y eso a mí me desconcierta. Prefiero tener a alguien para quitarme de en medio. Y hoy, con todo el mundo detrás del tío que maneja el ratón, pues mucho menos… yo no quiero ser el del ratón.
Y tú José Ignacio, ¿cómo llevas eso?
(L): Yo no uso el ratón, sólo doy instrucciones. Desde que empecé en solitario me he producido los discos por falta de presupuesto. La verdad es que lo pensé para este disco, pero al final decidí hacerlo así. Antonio tiene razón, has de estar pendiente de mucha cosas, pero se sobrelleva.
Antonio, tú produjiste el primer EP de Los Planetas.
(A): Sí, fue más echar una mano que otra cosa. Conocía al batería y tenía un cuatro pistas, así que les ayudé a grabar porque metían mucho ruido. Tuvieron tanta suerte que ya no hice falta más. Me llamaron para el primer disco pero les dije que ya volaban alto, que para qué me iba a llevar yo el 25 por ciento.
(L): Perdiste tu gran oportunidad…
(A): De hecho, hace poco descubrí por casa aquellas demos de Los Planetas mientras trabajaba en la reedición de “Inercia”. Ya le dije a Jota que aquello me estaba quemando en las manos… Que yo sepa es la primera grabación de Los Planetas, pero bueno, se la daré a ellos.
José Ignacio, ¿Cómo valoras que se reedite un disco como “Inercia”?
(L): Me parece perfecto. Como fan de la música, agradecí mucho las reediciones de los Byrds. Los tenía en vinilo, pero lo agradecí por el material extra. En el caso de “Inercia” con más razón, porque ni estaba en el mercado. Yo lo voy a hacer con “Música Celestial”, que está desaparecido, y lo voy a reeditar ya mismo.
(A): El problema es que no está el disco en la tienda y tiene que ser una iniciativa por parte del músico, completamente privada.
(L): Los discos de 091 tampoco se pueden encontrar por ejemplo. Yo lo haría, pero ponerme a hablar con el abogado de Universal me da un poco de pereza.
(A): Yo he tardado siete años en conseguirlo.
(L): La gente pregunta cómo encontrar los discos de 091, y es que no se puede. Hemos reeditado el “Último Concierto” porque teníamos los derechos, pero todos los anteriores…meterte ahí es tiempo y dinero que yo no tengo.
(A): y no sólo eso, también dependes de que al abogado le dé el punto y comience a moverte el papeleo.
(L): Yo he llegado al punto de tener que pedir permiso para poder interpretar nuestras propias canciones para la grabación de “Último Concierto”. Tuve una pelea con el abogado de Polygram de la hostia. ¡Quería que le pagáramos por sacar nuestras propias canciones en un disco en directo! Claro, te pones a leer los contratos leoninos que te hacía y lo encuentras en la cláusula 533B…
(A): Y no hablas con el tío que te fichó…
(L): ¡Qué va, qué va! A ese tío hace mucho que lo han despedido. El abogado es el único que se mantiene en el puesto durante décadas; los cazatalentos que te doran la píldora duran seis meses.
¿Qué es lo que más admiras de Antonio?
(L): Hace bien muchas cosas. Su talento como compositor e intérprete. Es uno de los grandes bajistas que hay en España. Tiene capacidad para innovar y no quedarse parado.
¿Esperas sus discos con curiosidad?
(L): Claro, claro. “El Shock de Leia” ha sido un paso adelante y atrás porque ha recuperado el gusto por las canciones, ya que estaba yéndose más hacia el sonido. Ahora ha conseguido una colección más natural y real.
(A): José eso lo hace más, desarrolla la armonía de forma más completa. Yo lo he intentado pero sin mover acordes, así que en ese disco he tenido que echar la vista atrás, sin encorsetarme en el estilo porque entonces te quedas con el típico fraseo rock. Hace poco me compré la discografía de Andy Partridge, que es un maestro en el desarrollo de armonías; Jota de Los Planetas también lo hace, pero con muchos menos acordes.
¿Y tú cual crees que es el punto fuerte de José Ignacio?
(A): Es que me gusta lo que hace desde siempre, desde el primer single. Siempre me ha llamado la atención. Vivíamos cerca y quedábamos a menudo; como yo lo único que quería era aprender, me quedaba callado… y él también.
(L): ¡La didáctica del silencio!
(A): Para mí más que un compañero es un profesor, el que me ha orientado, con el que me he desarrollado y he aprendido a hacer las cosas. Cuando maquetábamos aquellas canciones juntos, veía que el desarrollo de estrofa, puente y estribillo le encajaba perfectamente, y eso es muy difícil de hacer. Yo no pude hacerlo así, pero en esa búsqueda logré conocerme a mí.
(L): Al final encontraste tu propio camino, porque las letras de Lagartija no tienen nada que ver con lo que yo hago.
(A): A mí me encanta que un grupo diga que está influenciado por 091 0 Los Planetas. Parece que en este país está mal visto, pero a mí me parece algo tan natural como que te influyan The Kinks. Es lógico que las composiciones de José Ignacio hayan llegado tan hondo, que sean para toda la vida, porque son sobrenaturales. Aparte, tocaba una Gibson SG y yo alucinaba, porque nunca había visto una.
(L): Ni yo hasta que la compré.
¿Esa SG es la misma que usas ahora?
(L): La misma, una SG de 1979. Ahora cumplirá 30 años, es un guitarrazo.
(A): Auténtico, no se le ha roto nunca. Yo seguí su instrucción de no limpiar mi instrumento y tengo mi bajo hecho una mierda…
Lagartija Nick está nominado este año en los Premios de la Música. ¿Cómo os lo tomáis?
(A): Ya me parece bastante que se fijen en algo que han ignorado durante décadas. Si sirve para que empiecen a ayudar en la autoedición y hagan lo que prometieron… entrar un poco en el sistema para cargártelo desde dentro. Si gana el premio Triángulo de Amor Bizarro me parece perfecto, porque es un grupo joven y forma parte de la escena que mete vitalidad a la música… lo que no puede ser es darle ese premio a O’Funkillo, porque es cargarse la esperanza de esa gente que hace un rock más comprometido, más difícil. Está bien figurar ahí de alguna manera, porque es que somos los socios más viejunos de la SGAE. Supongo que somos miembros de la Academia por nuestro número en la SGAE.
¿Estás de acuerdo, José Ignacio?
(L): No tengo mucha fe en ningún tipo de premio, pero si sirven para algo creo que debe ser para lo que dice Antonio. Yo sería más radical, no haría distinción entre rock y rock alternativo. ¿Por qué Lagartija Nick no puede optar a ese premio y sólo puede optar un grupo ya establecido que lleva años en una multinacional? Parece que esos premios a los alternativos son de consolación. Yo creo que Lagartija Nick no son alternativos, sino un pedazo de grupo de rock. Y ya está. Si su disco es mejor que el de Rosendo, ¿por qué no se lo vas a dar?
Antonio cree que los grupos jóvenes son mejores músicos que antes. ¿Qué te parece a ti?
(L): Tocan mejor y han oído mucha más música, eso sí. Es que en los ochenta, salvo los grupos de rock duro como Barón Rojo, no tocábamos muy allá. Era puro afán de imitación de aquello que te gustaba y no nos cortábamos ante nada. No habíamos aprendido en una academia, sino sobre la marcha.
(A): En los ochenta había productores que querían hacer que tocaras como un profesional, pero la forma de hacer que más ha perdurado es la de los cuatro amigos que no eran profesionales. En las grabaciones había siempre músicos de estudio haciendo cola; en cuanto fallabas, ya estaba alguno piando y el productor deseando quitarte de en medio. Pero ha trascendido la postura más cabezona, no la profesional ni estandarizada. Pero esa lucha está perdida con las multinacionales, que quieren reorientar las carreras como si estuvieran en una empresa de telefonía móvil.
¿Es posible perdurar en el rock and roll sin ser cabezón?
(L): Depende del sentido que quieras imprimir a tu trayectoria. Hay personas que a las primeras de cambio se dejan llevar por no tener esa fortaleza de ánimo. Ejemplos en el pop español hay muchos, de grupos que empiezan con unos determinados presupuestos artísticos pero que luego desarrollan una trayectoria mareante, sin personalidad alguna, intentando adaptarse. Al final se recompensa la cabezonería, pero tampoco creo que deba ser la actitud de un burro que sólo ve lo que hay enfrente, sino la determinación para mantener tu sentido y capacidad de decisión.
¿Habéis tenido momentos de duda, de flaqueza?
(L): No, ya con 091 nos dimos cuenta de que nunca saltaríamos de lo underground a lo comercial. Con “Doce canciones sin piedad” ya nos dimos cuenta de eso. Ahí vimos que era o tirarnos al barro o seguir por nuestro camino, y nunca dudamos en seguir con nuestra forma de hacer las cosas.
Estar aquí, un cuarto de siglo después de vuestro primer encuentro, ¿Os pone contentos?
(L): A mí me alegra que ambos sigamos haciendo música, con ganas.
(A): Eso demuestra que hay una pasión que une a la gente. Yo me alegro porque eso anima a todo el mundo a seguir creando.
(L): Es una sorpresa, eso desde luego. Yo ni por asomo pensé que seguiría 25 años después de haber empezado, aquí, con la SG todavía… lo hacíamos por mero placer, por tocar… seguir aquí es muy grato.
(A): Por supuesto. Y mantener la amistad y seguir viéndonos, también. Que siga yendo gente a los conciertos y valorando tu trabajo es otra alegría y hay que agradecerlo; al final acabas queriendo a todos y cada uno de los 3000 o 4000 que te quedan.
(L): El otro día estuve viendo a Lagartija Nick presentando el “Inercia” y dieron un conciertazo. No es que digas que veinte años después siguen pero en estado catatónico, es que a estos no les tose nadie en directo. Tienen una fuerza y un empuje dignos de admiración después de tanto tiempo. Es algo real, que existe, que puede competir con cualquier cosa que sale ahora.
(A): Es una de las luchas: que no te condicionen ni relacionen a ningún momento o escena ya pasada. Que tenga vigencia por sí mismo.
(L): El hecho de estar haciendo algo de valor ahora mismo, en 2008, sin vivir de las rentas de un pasado lejano.
Texto: César Luquero
Fotos: Antonio G. Olmedo (agolmedo@hotmail.com)
ACTUALIDAD, Actual, Actuel, Aktuell, Actueel, Attuale,…
Luchamos la bola en tres frentes: escuchando algunas novedades que nos han gustado últimamente, recibiendo en nuestro estudio al quinteto australiano The Wellingtons -a quienes entrevistamos a propósito de la edición de su tercer álbum en nuestro país y de su gira española- y repasando algunos de los conciertos a los que nos gustaría asistir.
Martes 23 septiembre de 2008, de 15:00 a 16:00, en Radio Círculo 100.4 FM (Madrid).
Para el resto del mundo en www.circulobellasartes.com y en nuestro Podcast
METALLICA My apocalypse [Death Magnetic]
(Estados Unidos, Universal, 2008)ASIAN DUB FOUNDATION Target practice [Punkara]
(Reino Unido, Naïve, 2008)LAMBCHOP National talk like a pirate day [(OH) Ohio]
(Estados Unidos, City Slang, 2008)JOSELE SANTIAGO Vuelo de volar [Loco encontrao]
(España, El Volcán, 2008)THE WELLINGTONS Song for Kim [Heading North For The Winter]
(Australia, Rock Indiana, 2008)THE WELLINGTONS Popped Balloon [Heading North For The Winter]
(Australia, Rock Indiana, 2008)THE WELLINGTONS For friends in far away places [Heading North For The Winter]
(Australia, Rock Indiana, 2008)BACKYARD BABIES Fuck off and die [Backyard Babies]
(Suecia, Century Media, 2008)NUDOZURDO Negativo [Sintética]
(España, RFTOS, 2008)LIVING COLOUR Love rears its ugly head [Time’s Up]
(Estados Unidos, Epic, 1990)AMIGOS IMAGINARIOS Disco del mes [El maestro de Houdini]
(España, Banjo, 2007)
Los Incunables de La Isla: Lapido y Arias (I)
Mis compañeros de la revista Rolling Stone me encargaron que entrevistara a dúo a José Ignacio Lapido y Antonio Arias para incluir dicha interviú en su número 103, que vio la luz en mayo pasado. Hecho: cogí el portante y me presenté en Granada, donde me recibieron con mucha amabilidad y ganas de hablar, contentos por compartir escena un cuarto de siglo después de su primer encuentro. Como el espacio siempre es un bien escaso en las revistas musicales, tuve que editar la pieza y ceñirme a las indicaciones de mi redactor jefe. Ahora que ha pasado un tiempo prudencial, recupero (en dos partes) el total de la conversación, esperando que sea de vuestro agrado. Para dar el lustre que la ocasión reclama, llamé al fotógrafo Antonio G. Olmedo y le pedí que me pasara alguna fotuni de la sesion realizada la misma semana de la entrevista, a lo que accedió con un entusiasmo que sólo me cabe agradecer. En fin, os dejo con los maestros…
¿Recordáis el día en que os conocisteis?
(Lapido): Si la memoria no me falla fue en 1982. Tacho, José Antonio y yo habíamos decidido hacer un grupo y nos faltaba un bajista. José Antonio había sido cantante de TNT con el hermano de Antonio, Jesús Arias, y nos dijo que su hermano pequeño tocaba el bajo.
(Arias): Así me presenté. El otro día, Tacho me recordó que canté una canción en plan “Canción a Claudia” o “Canción a Julia”…
(L): Lo primero que hicimos fue comprobar qué tal tocaba. Su hermano decía que muy bien, pero eso lo dicen todos los hermanos. Creo que tocó una de Police.
(A): Sí, “So Lonely” de Police y el “God Save The Queen” de Sex Pistols.
(L): Nos gustó cómo la cantaba, nos gustó que el bajista cantara.
(A): A ellos les conocía porque había visto varios conciertos de Al-Dar, su anterior grupo. Me gustaban mucho porque eran el grupo más potente aquí. La posibilidad de entrar en 091 fue muy importante para mí, porque entré fácil, con 16 años, ya en un grupazo. Recuerdo que José Ignacio, al cabo del mes de estar en el grupo, me dijo: “ya veo que te desenvuelves, así que saca el meñique”. Es el consejo que más doy a los bajistas.
(L): ¡Es lo mismo que le dije a Sergio, el actual bajista de Lori Meyers, que estuvo tocando en mi banda! «¿Para qué tienes el meñique?»…
(A): Ahí pude acceder a un grupo profesional, con instrumentos profesionales y, sobre todo, al repertorio que manejaban ellos. José Ignacio ya era un compositor estupendo en aquella época, pero él me enseñaba a los Electric Prunes, a The Kinks…
(L): Tú también eras muy fan de los Byrds o de Buddy Holly…
(A): Sí, pero aquella fue mi universidad. Fue la experiencia más increíble que se puede tener a esa edad.
(L): Y el encuentro fue aquí al lado, en las cuevas.
(A): He subido la cuesta nada más que para recordar.
(L): Los cero siempre ensayábamos ahí, durante toda la vida del grupo. Eran propiedad de Cristóbal, un tipo que se autodenominaba “El Último Bandolero de Andalucía”. Tenía una furgo y se dedicaba a llevar a los grupos de bolo. También transportaba animales, así que la furgoneta olía fatal…
(A): Cristóbal decía que había sido de los maquis. Cuando se emborrachaba decía que le tocáramos el bim-bom, sacaba una navaja y se la ponía entre los dientes…
L: Eran de ese hombre, pero cuando murió se lo quedó un familiar suyo. Dicen que está en venta, pero allí nadie construye.
¿Qué gustos musicales compartíais?
(L): A mí me gustaba mucho la música de los sesenta. Sobre todo The Beatles. Los dos éramos beatlemaníacos y creo que lo seguimos siendo. También The Who, Byrds, los Kinks, The Jam…
(A): Convivíamos con una serie de grupos que en realidad eran orquestas. Valorábamos mucho que era el principio de una escena granadina que luego se reactivó, porque el primer manager de 091 fue Paco Ramírez, que ya lo había sido de Al-Dar, y el single de Al-Dar lo había producido el guitarrista de Los Ángeles. Aquello era una manera de revitalizar la escena.
(L): Agustín había grabado el single de Al-Dar y al principio de 091 colaboraba con nosotros y nos asesoraba. Tenía una discoteca y nos dejaba ensayar por allí. De hecho, el primer concierto de Lagartija fue en aquella discoteca.
No mucha gente sabe que en aquel concierto tú tocaste la guitarra con Lagartija Nick y también en la primera maqueta del grupo.
(A): Él me ayudó. Yo veía que podía manejarme y me apetecía cantar.
(L): Antonio se había ido de 091 después de “Más de 100 lobos” (1986), pero a los dos años retomamos la relación. Él tenía maquetas de canciones suyas, empezó a venir a mi casa y empezamos a trabajar en lo que luego sería “Doce canciones sin piedad” (1989). En ese mismo momento empezó con Lagartija Nick y le ayudé en lo que pude. Pero aquel fue el único concierto que hice con Lagartija Nick.
(A): Era una época en la que había mucho trabajo. Finales de los ochenta, con los grupos contratados por los ayuntamientos para llenar plazas de toros; teníamos unos cachés que nos permitían vivir de la música y vacilar por la noche…
¿Era más fácil ser rockero en aquel entonces?
(L): Es un hecho que en los ochenta los ayuntamientos contrataban muchos espectáculos de este tipo. Eso en los noventa desapareció. Aquí, en Granada, había muchos conciertos, se montaban continuamente, pagados con dinero público. Eso ahora es imposible.
(A): La rueda giraba e hizo posible que desarrolláramos nuestros proyectos antes de la gran crisis del CD. Pudimos profesionalizarnos, algo que ahora es más difícil.
¿Cómo os afectó el fin de todo aquello?
(L): La verdad es que también tuvo un efecto negativo, porque se hincharon los cachés. Muchos grupos cobraban por encima de lo que generaban, se organizaban y pagaban conciertos a fondo perdido. Cuando llegó la crisis de primeros de los noventa, los primeros recortes de gasto fueron en cultura. La única opción que hubo fue buscarse la vida en las salas: tocar en las salas yendo a taquilla y papeándote el país en furgo. Unas veces se ganaba y la mayoría no.
(A): Pero era obligatorio seguir, salir. El primer manager de Lagartija Nick era vasco, así que tocamos mucho por allí, en gaztetxes, por muy poco dinero. Era duro, pero ocurre que la perspectiva del músico siempre es del presente hacia atrás. No te das cuenta en tu vida diaria de lo graves que son algunos problemas. Tu vocación te lleva y superas las crisis como buenamente puedes. Lo de aquella época fue un paso obligado que se llevó a muchos grupos por delante.
(L): La crisis de los noventa terminó con la mayoría de grupos de los ochenta, pero pocos grupos de los noventa han sobrevivido.
(A): Nos acordamos de El Inquilino Comunista, Penélope Trip, La Secta… pero sólo han quedado Los Planetas.
(L): Pero yo en ningún momento pensé que con la crisis se había terminado aquello, porque es lo único que sé hacer. Cuando 091 se separaron sí fue un gran cambio para mí; al empezar en solitario, los ingresos se redujeron.
(A): Fue muy valiente.
(L): No era valentía, era cabezonería.
(A): A mí lo de salir en solitario me da pánico.
Pues todos identificamos a Lagartija Nick contigo…
(A): Sí, pero no es lo mismo ir sólo con tu nombre, que es una posición ante la vida, que con un grupo.
(L): Yo seguía sacando discos, pero me vi obligado a buscar otra fuente de ingresos, escribiendo guiones.
(A): Cuando llegó la crisis más profunda nosotros nos beneficiamos de haber sacado ya “Omega”, eso nos ayudó a pasar los peores años, del 95 al 99. Tuvimos la suerte de que salió eso y nos ayudó mogollón a todos los niveles para pasar la peor época del grupo, la del thrash-metal. Siempre digo que lo mío ha sido un viaje guiado desde muy joven por gente muy profesional, pero tampoco creo que la cosa tenga mucha ciencia, es como tú te lo plantees…
(L): La música en España, al menos como yo la he vivido, no es cosa de hacer planes, sino de estar a la que salta: si puedes, haces una gira; si puedes, grabas un disco… supongo que hay bandas que sí pueden hacer planes, pero no es nuestro caso.
(A): Nosotros venimos de una pasión musical, de una vocación muy fuerte, así que cuando 091 entramos en Zafiro, que ni sabían quién era Joe Strummer, ya nos dimos cuenta que era la movida que tú llevaras, que el que tiene que estar seguro eres tú, porque las compañías no sólo no te entienden, es que no van a participar de lo que tu crees.
(L): Es una opción personal, la de mantener nuestra forma de entender la música sin dejarnos influenciar por los consejos interesados que nos pudieran dar desde una compañía. Fue nuestra opción y nunca dimos el salto a la primera división comercial, pero cuando uno elige un camino lo hace con todas las consecuencias.
(A): Yo pienso que eso nos ha beneficiado, tanto a José como a nosotros, porque al final tenemos el respeto de muchísima gente.
(L): Más que por el respeto, que se agradece, es porque me siento bien conmigo mismo, porque tampoco me veo en otro papel, siguiendo el camino que marcan las modas.
(A): Es que ahí te pierdes, porque las compañías siempre quieren cambiar cosas y eso acaba perjudicando el resultado de los discos. Es lo que tiene dejarse guiar por economistas.
Antonio dice que una de las cosas que le llena de orgullo es ser de los pocos que ha firmado canciones junto a ti.
(L): Sí, él ponía la música y yo la letra. Las dos están en “Doce canciones sin piedad”. Una de ellas es “En tus ojos”, que era una de las maquetas que tenía preparadas para Lagartija Nick. Me encantaba esa canción.
(A): Incluso algunas de los primeros Lagartija Nick, como “No lo puedes ver” o “En un mundo real”, las llegamos a sacar para 091, pero ya me pilló a mí valiente y decidí sacarlas yo para adelante. Vi que Eric Jiménez estaba sólo, en un bar, y que era el momento.
(L): Eric es uno de los músicos claves de la escena granadina. Es un superviviente nato.
(A): Es otro ejemplo de músico talentoso que ha tenido arte para vivir, porque ha tenido épocas altas y bajas.
(L): La historia de Eric es mucho más agradecida de contar que la nuestra, porque ha tenido experiencia con tantos grupos…El otro día en el Ruido Rosa le decía que escribiera su biografía, porque iba a dar mucho de sí. Ha estado en KGB, en Lagartija, en Los Planetas…
Y sigue siendo un músico promiscuo…
(A): Sí, abarca más de lo que puede morder. Pero es por eso, porque venimos de una profesionalización, aunque hoy en día se valora mucho el amateurismo. El músico amateur es el que consigue las portadas de la prensa en España desde hace tiempo. Por su carácter alternativo pero también por su docilidad. Esa docilidad se traduce en un amateurismo que a mi me cuesta trabajo entender.
Para José Ignacio el rock suponía saber que no estaba sólo. ¿ Y para ti?
(A): Claro, hacer una canción crea un compromiso de comunicación, de hacerte entender. Es como la canción de los Beatles, la ecuación de “Abbey Road”: al final de tu vida el amor que recibes es igual al amor que das. Tambien Val del Omar lo decía: al final de tu vida te examinarán de amor.
(L): Al principio de todo, el encontrar gente que compartía unos gustos musicales como los tuyos o encontrar a alguien que tocara un instrumento era importante.
(A): También por la dificultad que había para acceder a esos discos.
(L): Y también por lo que vivimos en aquel momento, el punk y la nueva ola. Ahora se falsea la historia una barbaridad con todo el rollo de la movida madrileña o granadina. No había hordas de punkis en la calle, como mucho había uno. Y en Granada era igual, éramos cuatro. Cuando eres joven necesitas motivos de identificación y nosotros lo encontramos ahí.
(A): Tacho tenía una edición increíble del “All Mods Con” de los Jam, pero el acceso a los discos era restringido, tenías que ir a casa de un colega a escuchar los discos. Era tomar para dar.
¿Y esa percepción del rock como pequeño lugar común la seguís teniendo?
(L): Las cosas cambian, pero los motivos que me mueven no demasiado: el amor por la música y las ganas de crear algo.
(A): Además ahora hay unos referentes claros. Lori Meyers son un ejemplo claro del chovinismo granadino: siempre hablan de 091, Lagartija Nick, TNT , Los Planetas… eso es un poco inaudito, que los referentes sean más locales que otra cosa.
(L): Claro, porque nosotros no teníamos referentes cercanos. La conexión lógica que deberíamos haber tenido eran Los Ángeles y Miguel Ríos, pero hubo un vacío en los setenta.
(A): Los 091 en los ochenta ya nos veíamos con Morente, de hecho yo empecé a colaborar con Morente por una frase que dijo cuando todavía estaba en 091: “yo tengo cosas para hacer con un grupo”. Ya existía esa intención, ese camino ya estaba abierto.
(L): Pero grupos como Lori Meyers ya han tenido la experiencia de ver grupos tocando guitarras eléctricas. Yo también había visto a Leño, a Burning, a Asfalto…
(A): Recuerdo que uno de los primeros conciertos de 091 fue teloneando a Micky y Los Tonys…
(L): Antes había una tienda de instrumentos, tenías que esperar meses para conseguir un ampli bueno, pero ahora todo es más fácil…
¿Y el acceso fácil a todas las cosas cómo lo valoráis?
(L): Pues depende. Ahora hay mucha gente que almacena música, discografías completas, pero me pregunto si tienen tiempo de escucharla.
(A): A mí me ha pasado eso…
(L): Yo soy de los pocos gilipollas que sigue comprando discos, pero todavía tengo discos por abrir, porque quiero escucharlos bien, muchas veces, saber quién lo ha grabado y dónde… no sé si eso es positivo o negativo, pero eso ha cambiado.
(A): Es que comprar un disco ahora es un acto de coleccionismo mucho más potente, porque lo que estamos comprando son másters de los discos. Si todo se quemara, los grupos vendrían a tu casa a pedirte el máster. Pero detrás de todo eso hay una serie de oficios implicados.
(L): Claro, hay todo un proceso industrial en una grabación que arrastra a un montón de gente.
(A): Por otro lado, claro que mola lo de Myspace, pero corres el riesgo de llenarte de carpetas con discos que nunca oyes.
Texto: César Luquero
Fotos: Antonio G. Olmedo (agolmedo@hotmail.com)
El Desván
Apetecía subir al desván para aliviarse un poco de la actualidad. Dicho y hecho: cada uno desempolvó viejos tesoros para compartirlos con nuestra insigne audiencia. Como no había más premisa que la de la apetencia, salió un programa dividido en dos bloques. Por un lado, joyas del folk y el rock con grandes cantantes -lo de cantantas, por muy políticamente correcto que sea, no cuela aquí- como protagonistas. Por otro, grupos de rock independiente (o así) con fechas en España a la vuelta de la esquina.
Martes 16 de septiembre de 2008, de 15:00 a 16:00, en Radio Círculo 100.4 FM (Madrid).
Para el resto del mundo en www.circulobellasartes.com y en nuestro Podcast
CONTINENTAL DRIFTERS Listen, listen [Listen, Listen]
(Estados Unidos, Blue Rose, 2001)FAIRPORT CONVENTION Time will show the wiser [Fairport Convention]
(Reino Unido, Polydor, 1968)HEART (Love me like music) I’ll be your song [Dreamboat Annie]
(Estados Unidos, Mushroom, 1976)ANN WILSON Y K.D. LANG Jackson [Hope & Glory]
(Estados Unidos/Canadá, Zoë, 2007)K.D. LANG Trail of broken hearts [Absolute Torch & Twang]
(Canadá, Sire, 1989)CONCRETE BLONDE Still in Hollywood [Concrete Blonde]
(Estados Unidos, IRS, 1986)R.E.M. These Days [Lifes Rich Pageant]
(Estados Unidos, IRS, 1986)NADA SURF The way you wear your head [Let Go]
(Estados Unidos, City Slang, 2002)MAGA Agosto esquimal [Maga]
(España, Limbo Starr, 2002)SINIESTRO TOTAL Purdey [Ayudando a los enfermos EP]
(España, Dro, 1982)SIGUR ROS Hijomalind [Hvarf-Heim]
(Islandia, EMI, 2007)
Nuestras canciones del verano
Agosto ha pasado en un segundo y ya notamos el aliento de nuestros quehaceres cerca del cogote. El doloroso trance de la vuelta al tajo se hace mucho más llevadero gracias a este programa, un clásico de nuestra corta historia. Empezamos la sexta temporada en Radio Círculo. Estáis todos invitados.
Martes 2 de septiembre de 2008, de 15:00 a 16:00, en Radio Círculo 100.4 FM (Madrid).
Para el resto del mundo en www.circulobellasartes.com y en nuestro Podcast
FOO FIGHTERS The Pretender [Echoes, Silence, Patience & Grace]
(USA, Sony BMG, 2007)MONOCHROME High Five [Cache]
(Alemania, Stickman, 2008)DWARVES The crucifixion is now [The Dwarves Are Young & Good Looking]
(USA, Theologian , 1997)WIRE Perspex icon [Object 47]
(Inglaterra, Pink Flag, 2008)PLASTISCINES Alchimie [LP1]
(Francia, Virgin, 2006)GRUPO DE EXPERTOS SOLYNIEVE No vuelvo a quedar contigo [Antiguo y nuevo]
(España, El Ejército Rojo, 2008)FERNANDO ALFARO Y LOS ALIENISTAS Silverio, tenor de la comarca [Carnevisión]
(España, Los Enanos Gigantes, 2007)TRAVOLTA Voy a donde está la guerra [Manual de redención]
(España, Mushroom Pillow, 2008)GRAM PARSONS Love hurts [Grievous Angel]
(USA, Warner, 1974 / Reedición 2008)KATE & ANNA McGARRIGLE Jigsaw puzzle of life [Kate & Anna McGarrigle]
(Canadá, Warner, 1975 / Reedición 2008)BUILT TO SPILL Going against your mind [You In Reverse]
(USA, Warner, 2005)PIXIES La Isla de Encanta [Come On Pilgrim]
(USA, 4AD, 1987)
Los Incunables de La Isla: Nueva Vulcano
A mediados de octubre pasado, llamé a Artur Estrada -cantante, guitarrista e interlocutor habitual de Nueva Vulcano– para comentar la jugada a propósito del single «Los días señalados», que acababa de aparecer en escena. Estaba previsto que heineken.es publicara la entrevista pero, por hache o por be, ésta no llegó a ver la luz. Hasta hoy. Ahí queda, por lo que pueda pasar
Más claros que nubes
“Mano izquierda” y “Predominio del sol”, las nuevas canciones de Nueva Vulcano, se han convertido en clásicas inmediatas de un repertorio que crece sin prisa ni pausa, augurando una obra mayor que, tarde o temprano, tendrá que llegar.
Estas dos canciones, contenidas en el sencillo de vinilo “Los días señalados”, han sido suficientes para que Nueva Vulcano vuelva a la carretera. Hace sólo tres semanas, el tridente formado por Artur Estrada, Wences Aparicio y Albert Guardia visitó diez ciudades de la península junto a los neoyorquinos Vague Angels, demostrando estar en buena forma, con ganas de repartir cera. Las nuevas composiciones del trío barcelonés, inmediatas y plenas de inspiración, hacen que esperemos su próximo largo con parecida ilusión a la que trasmite Estrada (Esplugas de Llobregat, 1976) desde el estanco que su familia regenta en el popular barrio de Gracia, en Barcelona.
¿Te pillo trabajando?
Sí, pero a esta hora tampoco hay mucho. He venido a suplir a mi madre, que está de vacaciones. Ya no vengo casi nunca al estanco, tengo más o menos un trabajo aparte del grupo y aquí vengo cuando hace falta. Está bien porque las señoras mayores te echan de menos y cuando vienes no te pegan broncas, todo son alegrías.
¿Así que te has tirado unos cuantos años trabajando allí?
Con Aina casi todo el tiempo, seis años seguro. Cuando mi abuelo se cansó del tema dijo “que venga este aquí”. Yo no fui a la universidad, así que me iba bien estar aquí. Si me iba de gira un mes no pasaba nada, venía mi hermana y ya está. Mi madre ha sido siempre mi primera fan, además.
¿De veras?
Sí, y tanto…siempre. Soy miope, pero desde el escenario veo a mi madre siempre. A veces pasa lo de “¿quién es el heavy ese de allí?… no, no es un heavy… es mi madre”. Eso pasaba sobre todo con Aina, porque en los conciertos nadie se movía salvo mi madre…ahora con Nueva Vulcano la gente canta y se deja ir un poco, pero con Aina sólo se movía ella.
¿No puso pegas cuando le dijiste que ibas a hacer un grupo de rock?
No, yo creo que fliparon un poco porque vieron que iba a ensayar y tal. Seguro que pensaron “hostia, esto sí que se lo toma en serio”. Yo creo que les moló porque siempre me ha costado concentrarme en algo, apasionarme con algo. Aparte, mi madre iba a conciertos de la Nova Cançó… no es que fuera una hippy, pero le gustaba Raimon, Serrat, Lluís Llach… sobre todo le gustaba Raimon. Iba a la Escuela de Arte de Barcelona, aunque es una mujer trabajadora.
Ahora trabajas en Heliogàbal, un garito que hace conciertos. ¿Cómo va?
Pues muy bien. Llevo tres años y medio y la cosa va muy bien. Ha pasado de ser un sitio prohibido, muy antro, a estar bastante aceptado por las instituciones. Ahora es más fácil hacer las cosas. Desde siempre ha sido una asociación cultural, de hecho este jueves es el doce aniversario. Ahora es un bar y se está animando bastante. Este mes que viene tendremos a Daniel Higgs de Lungfish, a Jeremy Enigk de Sunny Day Real Estate y a Ainara LeGardon, que tocará con Alfons, de Nisei. Tengo muchas ganas de volver a verla, porque la otra vez nos impresionó mucho a todos.
Estas dos nuevas canciones me han gustado mucho y me parecen más accesibles que las anteriores. ¿Lo habéis buscado?
Lo que sí es cierto es que, al menos en el tema lírico y en la manera de cantar, abro más la boca y estoy más valiente. También lo he notado a la hora de ir a grabar. En esto sí que puedo decir que he cogido más confianza con mi forma de escribir. Es un aprendizaje. Tampoco es que me encuentre más cómodo, porque las canciones salen de una incomodidad, de cosas que te parecen desagradables. Ahora quizá no hay esa urgencia del principio. También es lógico que, después de haber hecho tantas canciones, nos pongamos más delicados.
De lo de la delicadeza no estoy tan seguro, el otro día os vi en Madrid y teníais un ataque que no veas… A mí me parece que las canciones dan ahora menos rodeos y que las letras prescinden de construcciones y palabras algo forzadas.
Veo que lo sabes explicar tú mejor que yo. Soy más de la práctica que de la teórica, en realidad. Lo que dices de la pegada…desde luego es nuestra manera de tocar. Hemos crecido viendo a grupos que tocan fuerte y es la forma en que lo sabemos hacer. Yo pensaba que igual con la edad –porque Wences y yo tenemos más de treinta– las cosas irían saliendo… que no necesitaríamos tocar así, pero está claro que es como nos gusta. En cuanto a la voz, si me pongo a cantar más oscuro tampoco se me oye, tampoco se me entiende, así que en estas dos canciones quizá sí he intentado que la voz esté más presente. Con el master de las canciones ya en la mano, Santi García me dijo: “es la primera vez que vienes a grabar aquí y no me dices que te baje la voz, me has dejado poner el volumen de la voz que yo quería”. Eso me gustó y me parece un buen síntoma.
En “Mano izquierda”, la primera canción del sencillo, se ve que manejas el lenguaje con mayor destreza que antes. La letra me recuerda a las de Antonio Luque de Sr. Chinarro.
Bueno, para mí es un halago total. No sé muy bien qué decir. Me gusta cómo escribe Chinarro, claro. Las canciones que mejor me han salido –“Sagrada familia” o “Esto no es París”, que creo que son las más redondas– llegaron de forma más automática, en un momento, con la canción en la cabeza. Esta me ha llevado más tiempo, pero estoy igual de contento que con las otras dos y estoy animado para empezar a escribir un disco, que es lo que tenemos que hacer. Estamos contentos.
Hablar de referentes a veces es incómodo para los músicos. ¿Para ti también?
Sé perfectamente de dónde vengo. En mi caso de los grupos yanquis de los noventa. Jawbreaker, Arcwelder, The Lapse o Van Pelt mismo, que acabamos de estar de gira con Chris Leo…Luego me pongo a cantar en castellano y me hablan de Los Planetas, que sí, que me gustan, pero es que yo vengo de otra escuela. No tengo ni puta idea de música española, de Golpes Bajos y tal, pero ven a mi casa… me gustan Shudder to Think, los grupos de Dischord… Jawbreaker me gustaban mucho porque eran un trío y al tío le gustaba meterse a explicar cosas con las letras… aparte que llevo tatuado el símbolo…cuando se separaron me lo tatué, así, en plan adolescente. Al menos me comparan con gente que es muy buena. De Antonio Luque no conozco todo, pero cuando escuché “El ventrílocuo de sí mismo” tuve una sensación de libertad, me di cuenta de que se podían hacer muchas cosas.
¿El hecho de empezar a trabajar con el castellano te ha animado a conocer a otros músicos que lo utilizan?
Sí, he investigado un poco. Alguna cosa de Nacha Pop también me ha gustado. El otro día Carlotto puso en la furgo a Patrullero Mancuso y también me gustó. Tampoco he sido nunca un estudioso de la música.
Dices que ahora toca grabar un nuevo álbum. ¿Estáis ya en ello?
Sí, ya tengo un par de cosas. Un grupo que hace ruido no lo tiene fácil para encontrar local. Ahora hemos encontrado algo chulo aquí, en Gracia, en el local de los Mishima. Parece que está bastante bien insonorizado. A ver si cogemos un poco de disciplina en el plan de ir dos días a la semana, porque nunca lo hemos hecho así. A ver que pasa también, porque siempre hemos trabajado de forma esporádica. Ahora vamos a probar el contrario. Tengo ganas de que nos metamos y sacar otro álbum el año que viene; a ver si antes del verano podemos grabar, lo que pasa es que Santi tiene todo lleno, tiene mucho curro.
Y tiene que ser con él o con nadie, ¿no?
Sí, sí. Me atrevo a decir que sí. Esto último fue llegar allí, “hola, buenos días”, y ya teníamos grabada la batería. Estaría bien poder mejorar, grabar una maqueta y que se lo escuche primero…pero es que es una de las personas que más queremos…yo le hice de cura en su boda y cuando me mudé de casa le di mis llaves… no tiene que llamarme, tiene las llaves…es una persona muy querida y trabajar con él es sencillo.
Antes comentabas que cuando tocabas con Aina el público estaba un poco a verlas venir y que eso ha cambiado con Nueva Vulcano, pero los conciertos de Aina en Madrid eran todo un acontecimiento para vuestros fans. Con la perspectiva del tiempo, ¿compartes el entusiasmo que despertó Aina?
En Madrid en concreto era algo especial porque compartíamos escenario con A Room With A View. Hasta que no fuimos a tocar a Siroco no iba gente a vernos. La medalla de esos conciertos no se la podemos poner a Aina, porque va ligada a Siroco y a A Room With A View. Tocar con ellos siempre era bestial. Incluso habíamos venido desde Barcelona sólo para verles tocar.
De forma más general, Aina siempre fue un grupo muy valorado por la gente que os conocía. ¿Crees que se exageraba la nota o que realmente era algo merecido?
No creo que yo tenga derecho a hablar sobre eso.
¿Pero te sorprendía o no?
Todo fue gradual y sencillo. Ibas a un sitio la primera vez y había cincuenta personas y a la siguiente cien… igual a la siguiente había menos, pero te trataban mejor. Lo que sí puedo decir es que viajamos mucho y que la gente que montaba estaba contenta de hacerlo, que siempre nos trataron bien y que tuvimos la suerte de poder tejer un circuito en España. Pero no éramos sólo nosotros… después venía le gente de No More Lies y te montaba una que no veas, y después aparecían los Half Foot Outside y más de lo mismo… había una manera de hacer y de sonar, y quizás Aina fue de los primeros en tener estos amplis antiguos y grandes… pero creo que fue cosa de toda una generación. Estoy seguro de esto porque de ahí creció la expectación por otros grupos que se han hecho más grandes, como Standstill o The Unfinished Sympathy.
¿Desde entonces has notado mucho cambio o las cosas está más o menos igual?
Pues con esta gira he tenido la sensación de que no había cambiado mucho. Ha ido bien, hay gente nueva y gente que ahora hace otras cosas, pero creo que no ha cambiado mucho. En Europa sí que noté cambio. Antes había muchos sitios en Francia y Alemania para tocar.
¿A sacar este sencillo os animó el sello, fue cosa vuestra o un poco de los dos?
Un poco de los dos. Jordi BCore está muy animado con el tema del vinilo. Supongo que debió ser cosa de Albert, nuestro batería, que habla mucho y debió sacar el tema. Pero Jordi estaba encantado con la idea de sacar un vinilo, así que no costó nada entenderse.
La idea era hacer un poco de ruido entre álbum y álbum, ¿no?
Sí. Al principio nos hacíamos los chulos, decíamos que sacaríamos un discos cada año, como Woody Allen con sus pelis, pero está claro que no ha podido ser así. Es una forma de decir que estamos aquí y pienso que ha sido buena idea, aunque en su momento pensé en guardar las canciones para el álbum. La verdad es que la gira ha estado bien y a la gente le han gustado las canciones nuevas; y está bien sentir su pulso.