El ritmo no para, no

El ritmo no para, no. Ni el de las publicaciones discográficas ni el de las canciones en sí mismas. Hay de todo en cuanto a tempos y compases, lo cual siempre se agradece, porque lo de la uniformidad es un tostón insufrible. Pues eso, que muchas canciones habemus, pero todas siguen sus propias reglas rítmicas. Algunas van al ralentí porque para qué correr cuando hay cosas importantes que contar. Otras aceleran que no veas, es lo que les pide el cuerpo y, ante esas demandas, mejor no ponerse farruco. Que luego todo son dolores y quejas. Cada una de ellas tiene su aquel y su por qué. Pero todas tienen ese latido común que tanta vidilla nos sigue dando.

El ritmo no para, no. A veces es una apisonadora de ruido industrial y otras un leve apunte ambiental. Pero ahí está, definiendo. En otros casos sirve para marcar el compás de viejos poemas que no pierden su vigencia. Y a veces se articula de manera casi milagrosa, sin que el intérprete pulse tecla alguna. Mu loco todo esto del ritmo. Y muy necesario porque, sin él, nos apalancamos como el abuelete Jose María, ese entrañable carabanchelero aficionado al death metal.

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Un no parar de Novedades novedosísimas

Un no parar de Novedades novedosísimas en este verano tan extraño. Con todo en suspenso o a medio gas, con la sombra de la incertidumbre sobrevolándonos y un calor infame, seguimos recibiendo teletipos para advertirnos de que la creación musical sigue su curso. Acusamos recibo y aprovechamos el goloso tirón que suponen los nuevos trabajos de artistas que nos gustan desde siempre –la mayoría en este episodio– o que acabamos de conocer, que nunca está de más ir ampliando horizontes y renovando discoteca.

Un no parar de Novedades novedosísimas con mucho protagonismo foráneo en esta ocasión, aunque con agradecidas pinceladas de aquí. En poco más de media hora, para no cargar las cachas en exceso. Con amplitud de argumentos sonoros, ya saben que en lo tocante a géneros y estilo somos del palo omnívoro. Esperamos que entre el menú degustación que les proponemos encuentren algún que otro bocado que les sorprenda, les despierte la curosidad o les haga pasar un buen rato. Y si fueran las tres cosas, pues estupendo, porque se trata de eso, de compartir canciones que nos emocionan con cuanta más gente mejor. No tiene más misterio el tema este del programa, por suerte.

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